· Piden incentivos fiscales al uso de energías alternativas, eliminar restricciones a vehículos no contaminantes, más inversión a transporte público y deducción de bonos de carbono
Por: Blas A. Buendía
Ante el aumento en el precio de combustibles que en la primera semana de agosto de 2016 alcanzó cifras límite en el precio de gasolina y diesel, y el permanente y sistemático engaño del Gobierno federal de prometer que no subirían los energéticos, COPARMEX-CDMX emitió un llamado al gobierno de la Ciudad de México a implementar medidas que apoyen al empresariado capitalino a hacer frente al aumento de precios de combustibles, con el fin de que no se vean en la necesidad de elevar los precios de otros productos y servicios para subsanar costos.
Lamentó que en el corto plazo no existan beneficios derivados de la Reforma Energética y, por el contrario, el precio de los combustibles va en aumento a causa de las políticas fiscales, en específico el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) que genera un aumento de precio directo a los combustibles traídos del exterior.
Advierte que el incremento a la gasolina agudiza la problemática tanto del sector empresarial, como también una carga adicional a los ciudadanos, que repercute necesariamente en el mercado interno, el cual debería potenciar la productividad del país; y preocupa a los empresarios la crisis en las finanzas públicas porque el gobierno no está recaudando y los servicios como las gasolinas se convierten en su tabla de salvación.
El alza en los combustibles, puntualizó, tendrá un efecto en las mercancías debido a que el margen de utilidad será más bajo, por lo que los empresarios deberán ajustar los precios hasta en un 4 por ciento para mantener sus actividades rentables.
Tanto el líder de esta agrupación en la capital de la República Jesús Padilla, como Carlos Mendoza, presidente de la Comisión de Ecología de Coparmex-CDMX, y Luis Felipe Echavarría, presidente de la Comisión de Energía de la misma institución, manifestaron su preocupación ante las repercusiones que el aumento de precio a combustibles tendrá para la Ciudad de México y en específico para el sector empresarial capitalino.
Consideraron inevitable que esta escalada en el precio de combustibles se vea reflejada en el costo final de los productos, lo que provoca una reducción en las ventas minoristas y perjudica la competitividad económica de la ciudad.
Padilla Zenteno consideró necesario que gobierno federal y gobierno local clarifiquen las políticas públicas para incentivar la inversión en energías alternativas, aumenten los apoyos a las empresas que decidan utilizar otra clase de combustibles y eliminen restricciones de uso a vehículos no contaminantes.
En este sentido, Carlos Mendoza, presidente de la Comisión de Ecología, subrayó la falta de reglamentaciones secundarias para que la competencia entre proveedores de combustibles realmente ocurra, “hay que buscar la manera de acelerar las inversiones y que entren más competidores pues ello va a permitir que se reduzcan los precios”.
No obstante, el funcionario explicó que la ausencia de políticas públicas claras, leyes secundarias e incentivos de carácter fiscal están obstaculizando a los empresarios la oportunidad de utilizar energías más limpias.
A manera de ejemplo, Carlos Mendoza señaló que la política fiscal contempla la deducción de bonos de carbono, sin embargo el gobierno no ha publicado el reglamento ni el mecanismo que guiará esta deducción, por lo que no es aplicable, “llevamos esperando más de dos años a ver ese mecanismo entre Hacienda y Semarnat para que las empresas vean un incentivo adicional para poder deducir este impuesto”, precisó.
A su vez, Luis Felipe Echavarría consideró inevitable que los transportistas y empresarios transfieran el aumento de combustibles a los precios finales de los productos, por lo que será nuevamente el consumidor final quien asumirá el fallido cálculo gubernamental.
No obstante, confió en que los beneficios de la reforma energética llegarán en el mediano y largo plazo, siempre y cuando, no sea el mismo gobierno quien ponga las trabas para impulsar el uso de energías alternativas.
“En el largo plazo sí vamos a ver una retribución, porque las empresas multinacionales están trayendo mejor tecnología y habrá oportunidad de ser más eficientes y menos dependientes del petróleo”, agregó.
Felipe Echavarría cuestionó que mientras el gobierno suscribe compromisos internacionales para promover el uso de energéticos no fósiles, por otra parte solicite permisos, licencias y un sinfín de requerimientos para que estas tecnologías se implementen.
“Desde Coparmex necesitamos que den claridad sobre cuál es la canasta energética adecuada y a que le va a aportar el gobierno, porque con eso los empresarios vamos a saber dónde invertir y que apoyos reales vamos a tener”, expresó el presidente de la comisión de energía de la confederación empresarial local.
Al respecto, Padilla consideró que aún no existen los incentivos fiscales necesarios para que el empresariado reduzca el uso de combustibles fósiles y consideró urgente que el gobierno de la Ciudad de México aumente la inversión en infraestructura para proveer otros tipos de energéticos y el desarrollo de transporte público más eficiente.
El representante empresarial señaló que sin importar si los esquemas de inversión los concentra el gobierno local o van con esquemas de colaboración con particulares, Jesús Padilla puntualizó en la necesidad de que dichas inversiones cuenten con certeza jurídica y normativa, pues la falta de claridad en este sentido facilita que ocurran casos de corrupción.